Planificación adaptativa para el año más VUCA
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Último post del año y ya a punto de iniciar unas deseadas y merecidas —¿por qué no?— vacaciones en este 2020 tan VUCA (Volátil, Incierto, Cambiante y Ambiguo).
Llevo días recopilando contenidos acerca de todo lo vivido durante este 2020, lleno de experiencias. Desde una mudanza y cambio de país en lo personal, a mi incorporación a OPTIMA LAB y mis primeras Jornadas en lo profesional, hasta la irrupción de una pandemia mundial.
Podría escribir un libro sólo con todo lo sucedido en estos 12 meses. Tras mucho reflexionar —porque me conozco y sé que me disperso— resumo este 2020 en una sola frase: la planificación adaptativa como solución a un entorno más cambiante que nunca.
Empecé el año con mi estreno como formadora en un entorno presencial. Este pasado viernes 18 de diciembre, a las ocho de la tarde, ponía la guinda al pastel con el último curso del año. Esta vez muy diferente al mes de enero: en un entorno virtual, 18 personas conectadas desde Costa Rica y entusiasmadas por iniciar su camino en la efectividad personal de la mano de GTD®.
Para mí, un broche de oro que desató mil emociones en el momento de cierre del curso.
Para variar, hoy lunes es un lunes también diferente. Reflexionando sobre qué contarte, me doy cuenta de una cosa: gracias a que todos los nodos que integramos la Red OPTIMA LAB somos usuarios de GTD®, hemos sabido transitar día tras día en este entorno VUCA.
La primera semana de marzo, mi colega Jordi Fortuny entregó el último curso presencial de OPTIMA LAB en 2020. A partir de ahí, gracias a la planificación adaptativa que nos ha enseñado GTD® como a la alternativa a la planificación convencional, supimos darle la vuelta a la situación en plena pandemia.
Sin prisa pero sin pausa, trabajamos intensamente en reconvertir nuestro curso presencial en una alternativa virtual que ha superado todas nuestras expectativas; incluso la de nuestros clientes, a quienes quiero agradecer su confianza en nosotros desde este humilde blog.
El reto se me antojó muy ambicioso. Sin GTD®, creo que no hubiera sido capaz de creer y confiar que era posible. Planificaciones naturales de proyectos, planificación adaptativa, inteligencia colectiva, humildad y compromiso fueron los ingredientes que explican los resultados obtenidos.
Pasamos de la logística de todo lo que implica un curso presencial —desde los envíos de los materiales físicos a los desplazamientos de los formadores— a algo completamente diferente.
- Investigar todos los recursos tecnológicos existentes en el mercado.
- Adaptar un formato presencial en contenidos de la misma calidad (o mejor) en un entorno virtual.
- Transformar nuestros hogares en centros de pruebas.
- Ofrecer una calidad de conexión óptima a través de una serie de requisitos técnicos que ha contado con la complicidad y compromiso de todas las personas participantes.
- Y, desde mi particular punto de vista, el reto más desafiante: aprender y aplicar técnicas para optimizar la atención en un entorno virtual.
Me permito pues, en este último post del año, expresar mi optimismo, mi satisfacción por el trabajo bien hecho y por la recompensa de creer que, de algún modo, he contribuido a hacer personas más efectivas y, por ende, más felices.
Han sido muchas horas de formación, muchas caras nuevas, otras que ya forman parte de esta familia del mundo de la efectividad personal. Muchos intercambios de opiniones, muchas y diferentes realidades.
Desde aquí, no tengo palabras para agradecer a todas y a cada una de las personas que han confiado en nosotros. Tampoco sé qué más decir a quienes, sin formar parte de este mundo GTD®, me habéis apoyado. Habéis creído en mí a pesar de algunos momentos de bajón.
Y, por supuesto, gracias a todos los nodos de OPTIMA LAB, a los de hoy y a los de ayer. Me enseñó un buen amigo que lo mejor siempre está por llegar.
Nunca cobraron tanto sentido como ahora las palabras de Paul Dolan: «Tu felicidad es el feedback más importante que puedes obtener de tu comportamiento».
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